miércoles, 6 de febrero de 2013

We are the Sangha , Todos somos la Sangha


Hemos venido a practicar el dharma a este mundo juntos como una comunidad, no como seres aislados.
Si estamos conociendo y aprendiendo del dharma, lo natural es compartir experiencialmente y vivir el dharma junto a los demás.
Es decir llevar el dolor del otro como nuestro, observarlo y comprenderlo como algo que atañe a todos,
observar el dolor del mundo como nuestro, y aprender de este a través de la observación profunda para luego transformarlo en algo mejor que nos proporcione a todos tranquilidad, estabilidad y felicidad.

Todos formamos parte de un cuerpo, el cuerpo de la sangha, la comunidad .

Madre y padre son parte del hijo, el hijo es parte del padre y la madre.
Cuando veo a mi hijo, veo que estoy en él, cuando veo a mi padre me veo en él.
Así es también con la comunidad.

Esta es una práctica llamada del Interser. Nuestra alegría y nuestra tristeza contribuyen a la  alegría o al dolor colectivos de la comunidad.

Nuestra transformación y realización en el camino del dharma puede y (por lógica su objectivo debería ser) alimentar a todos, nutriendo así las relaciones de libertad, tranquilidad y formaciones mentales colectivas que sean constructivas.

La comunidad también puede ser de gran ayuda si nuestro corazón está abierto.

No hay ningún individuo que pueda sostener la noción de "ser" separado del resto, todo proviene de algo,
 no existe noción de "mi" o "yo" si es que no existiese la comunidad que intervino en mi formación, ya sea física, intelectual o espiritual ( fui criado, educado, dado a luz, engendrado,etc).

Es por eso que para poder realizar la felicidad debemos esforzarnos en expandir el dharma para que todos los seres se beneficien de el y construyamos una mejor comunidad.

Como comunidad deseamos florecer como una flor, proporcionar frescura como el rocío, ser sólidos como una montaña, firmes como la tierra, ser libres todos como comunidad.

¡Hagámoslo posible juntos!
Creemos para todos una sociedad sana, una comunidad en la que podamos confiar, con menos sufrimiento y más felicidad.
Sonreír a otro, darle una mano, una palabra, compartir las enseñanzas del dharma, vivirlas y servir de humilde faro, o simplemente escuchar con atención el dolor de nuestra comunidad crea una sociedad mejor.
 
Que tengan un día, una semana, un mes, un año, la vida entera llena de amor y compasión.

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